¿Por qué nos empeñamos en mostrar al mundo una realidad distinta a la que vivimos? Creo que el uso masivo de las redes sociales nos ha llevado a un estado en el cual nos vemos forzados a mostrar una imagen mejor de nosotros mismos. Nos ponemos fotos de perfil en las que sacamos nuestra mejor cara y rogamos e incluso llegamos a amenazar si alguien ha publicado una foto que no nos gusta, en la que salimos feos. ¿No nos damos cuenta de que así estamos continuamente negando una parte de nosotros?
Buscamos likes para sentirnos queridos y estamos continuamente revisando nuestras notificaciones para ver si alguien nos ha comentado lo bien que nos queda tal o cual cosa. Me gustaria profundizar un poco más en la idea del like. Es que, literalmente, estamos continuamente verificando que a nuestros «amigos» y a «sus amigos» les guste cada canción, pensamiento, poema, fotografía o vídeo que hemos subido a la red social. Nos hemos vuelto adictos a su aprobación, de hecho, revisamos una a una la persona que nos ha mostrado su pulgar hacia arriba. Y sí, hablo en primera persona del plural porque yo también lo hago. Pero ya estoy cansado. Estoy cansado de estar al tanto de las opiniones de los demás sobre lo que hago. Con tener a mi familia y a los que me quieren aconsejándome y mostrándome su confianza me doy por satisfecho.
¿Qué me decís del uso de Facebook como centro comercial? Sí, llegué a la conclusión de que las redes sociales se han convertido en enormes centros comerciales en los que cada usuario funciona como escaparate que muestra la mejor imagen de sí mismo. Y eso no es ser honesto. Y no ser honesto es mentir. Y un sabio dijo alguna vez que el que miente es porque no se quiere a sí mismo.
Nos empeñamos en demostrarle al mundo, a nuestro pequeño mundo, lo felices que somos, lo bien que nos va la vida. Y sí, no te digo que en tus vacaciones en Latinoamérica o en Asia no lo pasaras bien o que el verano en la playa no fuera magnífico. Pero, ¿por qué nos empeñamos en mostrárselo a los demás? ¿Es que realmente nos importa que vean cómo estamos o es que queremos dar una imagen bonita de nosotros mismos?
El mayor problema que veo con el uso que hacemos de las redes sociales es que convertimos nuestras vidas virtuales -que no son reales- en verdaderos referentes para los demás. ¿Conocéis el ejemplo del hombre que se frustra al ver porno y compararlo con su vida sexual real? Pues con el Facebook es exactamente igual. En este artículo del Huffington Post se habla del Comparison game es decir, del juego de las comparaciones. Al usar Facebook, se da a una continua comparación de tu vida con la vida de los demás. Las vida de tus «amigos» es mejor o peor que la tuya en torno a lo que estos publican en su muro. Pero ESO NO ES REAL, es simplemente una parte. Tenemos que ser conscientes de que todo el mundo tiene un mal día, de que hay ocasiones en las que nos sentimos tristes, sin ganas de nada, solamente deseando estar con nosotros, experimentando nuestra tristeza al igual que haríamos con el resto de emociones, como una más.
Sin embargo eso no vende, eso no le gusta a los demás, no queda bien en tu escaparate en el que muestras cuán maravillosa es tu vida. Entonces, ¿estamos siendo honestos o censuramos parte de nuestra vida? Es como si los demás pensasen que la vida sexual de todos los que le rodean es tal y como se muestra en el porno. Hasta que alguien les dice que eso no es así, se van a sentir frustrados e inferiores. Pues con el Facebook ocurre exactamente igual.
Tan solo espero que llegue el momento en el que nos respetemos a nosotros mismos, que seamos conscientes de la gran mentira en la que estamos viviendo y de la que estamos participando. Buscando la continua aprobación de los demás en base a sus likes y lo que aún es más peligroso; permitiendo que eso afecte en nuestro estado de ánimo.
No intentes demostrarle nada al mundo. Creo que eso te hará libre.
Y bueno, ahora dejaré esto en Facebook para ver cuántos likes recibo y sentir si mi artículo ha gustado lo suficiente. Ironías de la vida...