Recuerdo la primera vez que un profesor nos dejó hacer tachones en los exámenes y que de hecho, nos animaba a hacerlo: "en mis exámenes nada de tipp-ex, tachones y no me importa lo grandes que sean". Era mi profesor de latín y griego y en ese momento no entendí la importancia de aquello.
Desde pequeños nos hacen avergonzarnos de nuestros errores e intentar borrarlos con tipp-ex para que pasen desapercibido. Nos daba miedo equivocarnos y que los demás se dieran cuenta. Hoy en día ese miedo continúa en nuestro sistema de creencias e intentamos aparentar una perfección que no existe: "niña sonríe para la foto o maquíllate esas ojeras" y muchos más ejemplos de corregir imperfecciones para fingir lo que no somos.
Hoy en día, cuando algún alumno quiere corregir algo con tipp-ex me acuerdo de mi profesor y disfruto viendo como tacha lo que ha escrito mal sin avergonzarse de ello. Quizás ellos también puedan entender algún día la importancia de un gesto han sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario