¿Os imagináis que creciéramos negando, castigando, proyectando o sintiendo vergüenza de una parte de nosotros?
Bueno, eso es básicamente lo que hacemos con nuestro ego y es de hecho uno de los mecanismos que tiene para sobrevivir.
Si no llegamos a conocer algo seremos incapaces de aceptarlo y sin aceptación no hay transformación.
Es por ello que no tiene sentido aquello de "esforzarse por ser una buena persona" que podríamos traducir por "negar y esconder mis instintos más oscuros por miedo a que piensen que no soy bueno".
Todo es mucho más simple (o más complejo).
A medida que vayamos desnudándonos y aceptando aquellas partes de nosotros que no nos gustan: al egoísta, el manipulador, el castigador... Empezaremos a perdonarlas, comprendiendo que todas ellas son conductas que nacen del miedo y la falta de amor. Así, poco a poco, nos iremos librando de la necesidad de juzgar y proyectar en el otro aquello que no nos gusta de nosotros.
¿Somos conscientes del rechazo que implica el deseo de querer ser mejores personas? No tiene sentido. Es un bucle infinito en el que podemos vernos enredados toda la vida. ¿Acaso creemos que cuando consigamos hacer todo aquello que nos hemos propuesto para ser una persona mejor, la lista acabaría y nos sentiríamos en paz?
Respira, estás vivo.
La respuesta está aquí.
Seguimos aprendiendo
Seguimos caminando
Seguimos conociendo
(No me crean, por favor)
Mucho amor ❤
EGP
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