lunes, 26 de septiembre de 2016

Tú y yo

Quizás, tú y yo, lo que debamos entender, es que -aunque no queramos que sea así- el verano no es eterno y que tras él llega el otoño y después el invierno. Que los árboles no se sienten mal cuando en otoño caen sus hojas, sino que lo aceptan como una parte más del ciclo. Que aunque el invierno parezca interminable, la primavera siempre acaba llegando cuando menos lo esperamos y que si el verano fuese la única estación existente, los árboles nunca darían su fruto.
Lo que te ofrezco es que aceptes el ciclo y disfrutes de cada uno de los instantes que este te ofrece pues solo así, podremos dejar de sufrir, tú y yo.


domingo, 5 de junio de 2016

El uso de Facebook como escaparate de uno mismo

¿Por qué nos empeñamos en mostrar al mundo una realidad distinta a la que vivimos? Creo que el uso masivo de las redes sociales nos ha llevado a un estado en el cual nos vemos forzados a mostrar una imagen mejor de nosotros mismos. Nos ponemos fotos de perfil en las que sacamos nuestra mejor cara y rogamos e incluso llegamos a amenazar si alguien ha publicado una foto que no nos gusta, en la que salimos feos. ¿No nos damos cuenta de que así estamos continuamente  negando una parte de nosotros?

Buscamos likes para sentirnos queridos y  estamos continuamente revisando nuestras notificaciones para ver si alguien nos ha comentado lo bien que nos queda tal o cual cosa. Me gustaria profundizar un poco más en la idea del like. Es que, literalmente, estamos continuamente verificando que a nuestros «amigos» y a «sus amigos» les guste cada canción, pensamiento, poema, fotografía o vídeo que hemos subido a la red social. Nos hemos vuelto adictos a su aprobación, de hecho, revisamos una a una la persona que nos ha mostrado su pulgar hacia arriba. Y sí, hablo en primera persona del plural porque yo también lo hago. Pero ya estoy cansado. Estoy cansado de estar al tanto de las opiniones de los demás sobre lo que hago. Con tener a mi familia y a los que me quieren aconsejándome y mostrándome su confianza me doy por satisfecho.

¿Qué me decís del uso de Facebook como centro comercial? Sí, llegué a la conclusión de que las redes sociales se han convertido en enormes centros comerciales en los que cada usuario funciona como escaparate que muestra la mejor imagen de sí mismo. Y eso no es ser honesto. Y no ser honesto es mentir. Y un sabio dijo alguna vez que el que miente es porque no se quiere a sí mismo.
Nos empeñamos en demostrarle al mundo, a nuestro pequeño mundo, lo felices que somos, lo bien que nos va la vida. Y sí, no te digo que en tus vacaciones en Latinoamérica o en Asia no lo pasaras bien o que el verano en la playa no fuera magnífico. Pero, ¿por qué nos empeñamos en mostrárselo a los demás? ¿Es que realmente nos importa que vean cómo estamos o es que queremos dar una imagen bonita de nosotros mismos?

El mayor problema que veo con el uso que hacemos de las redes sociales es que convertimos nuestras vidas virtuales -que no son reales- en verdaderos referentes para los demás. ¿Conocéis el ejemplo del hombre que se frustra al ver porno y compararlo con su vida sexual real? Pues con el Facebook es exactamente igual. En este artículo del Huffington Post se habla del Comparison game es decir, del juego de las comparaciones. Al usar Facebook, se da a una continua comparación de tu vida con la vida de los demás. Las vida de tus «amigos» es mejor o peor que la tuya en torno a lo que estos publican en su muro. Pero ESO NO ES REAL, es simplemente una parte. Tenemos que ser conscientes de que todo el mundo tiene un mal día, de que hay ocasiones en las que nos sentimos tristes, sin ganas de nada, solamente deseando estar con nosotros, experimentando nuestra tristeza al igual que haríamos con el resto de emociones, como una más. 
Sin embargo eso no vende, eso no le gusta a los demás, no queda bien en tu escaparate en el que muestras cuán maravillosa es tu vida. Entonces, ¿estamos siendo honestos o censuramos parte de nuestra vida? Es como si los demás pensasen que la vida sexual de todos los que le rodean es tal y como se muestra en el porno. Hasta que alguien les dice que eso no es así, se van a sentir frustrados e inferiores. Pues con el Facebook ocurre exactamente igual.

Tan solo espero que llegue el momento en el que nos respetemos a nosotros mismos, que seamos conscientes de la gran mentira en la que estamos viviendo y de la que estamos participando. Buscando la continua aprobación de los demás en base a sus likes y lo que aún es más peligroso; permitiendo que eso afecte en nuestro estado de ánimo.

No intentes demostrarle nada al mundo. Creo que eso te hará libre.

Y bueno, ahora dejaré esto en Facebook para ver cuántos likes recibo y sentir si mi artículo ha gustado lo suficiente. Ironías de la vida...

sociedad-actual-013

martes, 31 de mayo de 2016

Tan solo quiero...


Fotografía cortesía de Василий Быков. Setúbal (Portugal)














Quiero dejar de compararme, quiero dejar de cuestionarme si lo que hago está bien o mal. Quiero dejar eso de que mis actos sigan estando enfocados en agradar a los demás. Eso ya no más. Quiero claridad mental.
Quiero seguir mi camino y aceptar que todo lo que me ocurre es parte de él. No me quiero juzgar más ni analizarlo todo antes de actuar.
Me quiero dejar tocar y si me toca gritar, gritar; y si me toca llorar, llorar. No quiero más falsedad, tan sólo honestidad.
Quiero aprender a amar y sobre todo a dejarme amar. Quiero dejar de enjuiciar mis actos y de prejuzgar a los demás. Quiero dejar el pasado atrás y acabar con las películas mentales sobre un futuro que nadie sabe si existirá.
Quiero dejar de preocuparme por lo que de mí puedan pensar los demás, eso ya me da igual, es algo que no puedo controlar.
Tan sólo quiero paz.


Escrito en Setúbal (Portugal) el 03.05.16


martes, 12 de abril de 2016

Posdata: no cambies nunca



Aún recuerdo cuando, de pequeño, me escribían dedicatorias en las pastas de los cuadernos: dedicatorias en las que se expresaba todo el amor que un chiquillo de primaria o secundaria podía sentir por ti. Esta tradición se mantuvo y se pasó de las pastas de los cuadernos a simplemente cartas escritas a mano o incluso a una conversación en la que alguien expresaba el amor que sentía hacia ti.

Pues bien, todas estas dedicatorias tenían en común la forma en que acababan: Posdata: no cambies nunca. Y con esto, se te condenaba a mantenerte tal y como eras en ese momento. A no seguir avanzando. A no seguir creciendo.
No os podéis imaginar lo que me estremecía leer esto porque, francamente, me daba miedo. Me daba miedo cambiar y defraudar a aquel que me había escrito No cambies nunca. Me asustaba no cumplir las expectativas de aquella que me quería para siempre igual ¿Y si cambio, que pasará?; -Le prometí que no cambiaría nunca.-

Lo que no cambia es materia inerte, arraigada al recuerdo y con miedo al futuro.
¿Os imagináis a una oruga pidiéndole a otra que se mantenga quieta, sin cambiar? ¡Nunca llegaría a vivir la vida como mariposa! ¡No sabría la belleza que podría abarcar tanto interna como externamente! Y si, es cierto que el cambio a veces te puede llevar a lugares en los que preferirías no estar y que en ese momento te sentirás culpable y estupido por haber dado el paso que te llevó hacia allí pero: ¿acaso la vida no es pleno aprendizaje? tómate un segundo y mira hacia atrás. ¿Habrías llegado tan lejos si no hubiese sido por los cambios?

El Chojin escribía el otro día en su perfil de Facebook: "Quien tiene miedo a los cambios no ha entendido bien de qué va la vida. Lo vivo cambia, no hay otra opción." y creo que esta idea resume a la perfección lo que estoy defendiendo con esta entrada.

Desde aquí, hago un llamamiento al cambio, a la transformación, a la metamorfosis. Sin miedo y teniendo en cuenta que cada movimiento, por minúsculo que sea, lleva a un cambio. Y ante todo, nunca prometas que no vas a cambiar porque estarás engañándote. Promete justo lo contrario :)

Que tengáis un feliz mes lleno de cambios


Cambia, todo cambia y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño - Julio Numhauser

miércoles, 2 de marzo de 2016

Renacimiento









... 


 Y cuando creías que todas aquellas experiencias vividas quedarían en el recuerdo, como algo bonito que tuviste la fortuna de experimentar en el pasado por caprichos del destino, ¡zas! sin previo aviso vuelven a azotarte. Como una vara por la espalda, sin avisar. Como la colleja del padre que no avisa. Como el huracán que arrasa con todo lo que se interpone en su camino, sin importarle el valor que la especie humana le haya querido dar.

 Somos cambio, como un muelle que nos aleja y nos vuelve a acercar a nuestro camino. Hoy he tomado la decisión de seguir caminándolo, conscientemente y agradecido, aunque realmente, nunca lo dejé de caminar. Desviarse es parte del mismo; y yo, en mi sendero de lento andar, voy caminando a mi ritmo. Buscando el dejar de compararme para luego fustigarme y culpabilizarme, declarándole la guerra al yo que solo busca algo de paz. Tratando de equilibrar y rodeárme de gente que me llene porque ya no me quiero contaminar más.

Todo lo que empezó se tiene que terminar y créeme cuando me digo que me estoy dispuesto a perdonar para volver a retomar la senda que abandoné. Caerse y levantarse, es un ciclo nada más. Entenderé que puede haber personas a las que no agrade pero también estoy dispuesto a comprender que eso no esta bajo mi dominio ni mi control. Vivir para cre(c)er. Morir para (re)nacer.

 Buenas noches.-